lunes, 31 de octubre de 2016

Carrera : Ciclocross de Brunete

Carrera: CX Brunete
Lugar: Brunete (Madrid)
Fecha: 23 de Octubre de 2016

Fango para aburrir.


Lo que son las cosas, hace 15 días comenzó la copa de ciclocross de Madrid en la localidad de Los Molinos, en plena sierra, y nos deleitaron con un circuito, en mi humilde opinión, bastante mejorable, y eso sí, con una temperatura totalmente veraniega y tragando polvo a más no poder.

Hace 2 días, se reanudaba la competición en Brunete, y la verdad, ni tanto ni tan calvo, porque chupamos agua y barro para aburrir. Perdón, y cuando quiero decir barro, quiero decir fango. Porque es lo único que había, fango y mas fango.

El circuito en sí, a mí personalmente me pareció muy bien diseñado, técnico pero evitando los típicos arboles a los que hay que hacer tropecientos mil giros de 180 grados. Al contrario, curvas abiertas, curvas cerradas las justas, sitios para patear, subidas, bajadas. Si en algo hay que ponerle pegas, si acaso en que el circuito era básicamente caminos de tierra, y lo que se dice campa, inexistente. Pero para ser el primer año que lo celebran, me parece un circuito magnifico.

Otra cuestión, es la cantidad de fango que había, por que se tiro lloviendo toda la semana anterior y hasta poco más de una hora antes de empezar diluviaba, y el circuito no es que se empapara, es que directamente se harto de tragar agua. Y en eso la organización no tuvo la culpa. Aunque mejor esta clase de condiciones meteorológicas para el ciclocrós, que un secarral como hace dos semanas.

Pero centrémonos, mi carrera empezó el día anterior, reparando de carácter de urgencia, mi freno delantero, ya que directamente no tenia freno y tampoco era plan de ir en kamikaze allí, y esto veréis mas adelante, que tuvo su importancia en el devenir de mi carrera.

Ya el día de penitencia, toco levantarse pronto, para dejar la casa preparada, la comida hecha y los niños vestidos y limpitos, para que a eso de las dos de la tarde, desaparecer durante 3 horas y media. Es decir, había que ganarse el derecho a desaparecer, y este stress lo creáis o no, físicamente merma y pasa factura.

Ya llegando al pueblo de Brunete, no llovía: diluviaba. Y el cielo esta negro de verdad, ya los días anteriores se comentaba las particularidades del circuito y la sensación era que nos íbamos a enterar de lo que era correr en barro.

Llegue un poco pronto, como iba solo, podía tomármelo con calma e incluso ver el circuito antes de salir, decidí que mis hijos no acudieran ya que no quería correr el riesgo que se pusieran malos o que tanta mala condición atmosférica, les hiciera perder este entusiasmo inicial por las carreras de bici. Prefiero ir con pies de plomo en este asunto.

Vi salir a los Master-30 y después, siguiendo su estela, me metí por el circuito para tratar de hacerlo, pero cuando llevaba apenas medio circuito, desistí. Aquello era incluso calentando una agonía llena de barro, y preferí guardar fuerzas y no forzar los frenos en la vuelta de reconocimiento. El circuito estaba muy divertido.

Además, parecía que tímidamente quería salir el sol y ya había parado de llover, cosa que se agradeció. Ya en la línea de salida, saludando a unos y a otros, y tratando de estar más espabilado en la salida que en Los Molinos, donde directamente estaba el último. Pero aquí, tratando de ir poco a poco recuperando sensaciones y actitudes, me metí en medio de la parrilla de salida, cuando después de llamar a los 16 primeros, dieron paso al resto de corredores. Había mucha gente por delante, pero también tenía mucha gente detrás. Al menos en eso, ya hemos mejorado.

Se dio el pistoletazo de salida y allí que salimos todos como alma que lleva el diablo, yo tome mis precauciones dado que la entrada al circuito era un bordillo aunque habían puesto tierra para hacer rampa, pero por ahí no cabíamos todos, así que prefiero frenar que no tragarme a alguien y adiós carrera.

Los primeros compases de una carrera de ciclocrós son siempre agonísticos, ya que vas todavía con el arreón de la salida y si a esto le sumas que las primeras rectas están llenas de fango, lo estiras mucho más aún. Ya que en la recta de contrameta y meta, que eran dos rectas de fango, ahí íbamos todos por donde se podía, resbalando, haciendo equilibrio, pasando por charcos, tragando barro……


La cosa se estiró bastante, aunque en la primera vuelta los nervios siempre están a flor de piel y más de uno se deja llevar por los nervios, aunque eso es otra cuestión, cada uno tiene su carrera, su objetivo y sus fuerzas, y no por ello hay que ir avasallando a los demás, diciendo cosas, gritando o incluso empujando, y eso lo he visto en la carrera de Brunete, pero como tampoco es plan de poner nombre y apellidos a este asunto, mejor dejémoslo correr, más que nada porque fui testigo de ello.

El caso es que viendo el panorama, yo a mi ritmo, estaba ahí para coger ritmo de competición, técnica y entreno de calidad. La verdad es que me encontré bien, la primera vuelta se me hizo dura pero más o menos aguante el tipo, aunque en las zonas de pateo lo paso mal, y en la segunda que ya había dejado de llover, me encontré mejor y de hecho incluso realice varios adelantamientos.

Pero en la tercera vuelta tocaba agonizar, la espalda ya me empezaba a doler y el entrenamiento estaba hecho, además, los frenos habían desaparecido, es decir, me había fundido las pastillas de freno con lo que en cada recta tampoco podía acelerar mucho ya que luego en las curvas, simplemente me tenía que dejar ir para que la bici fuera frenando poco a poco gracias al fango, con lo que en esta tercera vuelta me pasaron lo menos 8 o 9 personas.


Además, lo reconozco, no me apetecía nada hacer la cuarta y última vuelta, con lo que a falta de un kilometro, después de pasar la zona técnica y antes del gran charco que había en el circuito, iba mirando para atrás, esperando que el primero, un meteórico José Luis Rebollo, viniera y me doblara para así ahorrarme la última vuelta.

Así que fui levantando el pie hasta que justo al pasar el gran charco me paso por la derecha como una exhalación, así que ya solo quedaban los últimos 500 metros y fin de carrera.

Mis sensaciones no fueron malas, aunque siendo mi tercera carrera desde mi retorno por la “sanción de dopaje familiar” (mira que ha hecho gracia esta expresión) creo que voy mejorando poquito a poquito. Esto es una camino lento, tortuoso y sufrido. Asi que es lo que toca.

La próxima semana, El Escorial, a ver que tal se da.

Hasta la próxima

PD : Agradecer las fotos a Niervesgrpics y N12 Comunicación

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