miércoles, 5 de septiembre de 2012

Pirineos : Dia 3

El cansancio empieza a pasar factura

 

Tercer día de escapada pirenaica y de nuevo con salida desde Bagnéres-de-Luchon. Inicialmente el plan era subir el Peyresourde por la vertiente que no conocía y posteriormente encarar Superbagneres, pero dado que el día anterior, había dejado en el tintero el Port de Balés tuve que hacer cambio de planes, por lo que me tire a subir el Port de Balés, cuyo desvío está en el comienzo de la subida del puerto del Peyresourde y luego a Superbagneres.

 

Me dio algo de rabia dejar esta vertiente del Peyresourde, pero ya es un puerto que conocía, así que preferí hacer algo que no había subido como el Port de Balés.

 

Al igual que el día anterior, en el hotel me metí entre pecho y espalda un buen desayuno, a base de fruta, embutido, zumo, bollos y leche, ya que aunque la etapa era corta iba a ser duro, ya que o se subía o se bajaba, lo que se dice de llano, nada de nada.  Además, después de la etapa, me tocaba una transición en coche hasta Ax-les-Thermes, territorio comanche para mí, ya que de esa zona no conocía absolutamente nada de nada, pero eso……..mañana.

 

Como iba relatando, después de un buen desayuno y cargar las pilas a tope, tome la salida pronto, un poco antes de las ocho de la mañana. La temperatura acompañaba y a pesar de que era pronto y hacia algo de fresco, como al kilómetro y poco empecé a subir, apenas note el frio. Como he hecho mención antes, los primeros 2 kilómetros son los del Peyresourde, tramo que tiene a esas horas poco tráfico, después, desvío a la derecha poco antes del pueblo de Saint-Aventin y para arriba hacia el Port de Balés, cerca de 19 kilómetros de subida a una pendiente media de casi el 6%. Esta vertiente, es algo más suave que la comienza en Mauléon-Barousse, vertiente que no pude hacer el día anterior.

 

La subida comienza con unos 3-4 kilómetros duro, prácticamente rectos, con apenas curvas, aunque eso sí, entre praderas muy verdes hasta el pueblo de Benque-Dessous-et-Dessus, pueblo donde había referencias hacia el Tour de Francia como un mural al principio del pueblo con la foto de todos los ganadores del Tour, pueblo por el que recordemos, hacía apenas tres semanas que había pasado la carrera en sentido contrario al que yo estaba subiendo, es decir, en bajada para luego subir al Peyresourde con victoria de Alejandro Valverde.

 

Todos los ganadores del Tour de Francia.

 

Después a partir de este pueblo, hasta la estación de Ski de fondo de Bourg-d’Oueil la carretera sin ser un puerto duro, sube sin descanso, en una carretera prácticamente recta, ya que discurre entre dos cadenas de montañas. Una vez llegado a esta estación, justo antes de entrar en el pueblo, comienzan los 5 kilómetros finales, los realmente duro de la subida. A partir de aquí, el piñón del 29 echaba humo. Básico el llevar una buena cadencia y una buena respiración, pero conseguí superar las rampas de este puerto sin problemas.  Ya en la parte final, el paraje cambia totalmente, pasando de praderas y bosques verdes a un terreno mucho más pelado, la vegetación coge un tono más amarillo y los arboles desaparecen, por lo que el viento hace acto de presencia y los 2-3 kilómetros finales hay que sumarle otro rival, el viento, lo que le añade un plus de dificultad.

 

Después de casi 1h15’ de ascensión, llego arriba del puerto sin problemas, hecho la foto de rigor y sin perder tiempo me vuelvo a Bagnéres-de-Luchon por el mismo camino sin perder tiempo, aunque me quede con las ganas de intentar subir al Port de Pierrefite, cuya carretera salía poco antes de coronar, una carretera que tenía una barrera de prohibido el paso a vehículos no autorizados y cuya carretera era más bien una capita de grava, el no tener suficiente información sobre este tramo de 2-3 kilómetros más, no me animó finalmente a subir, una lástima, ya que ahora me arrepiento de no haber subido hasta donde me dejara la carretera. Se queda en la lista de pendientes.

 

Puerto conquistado : Port de Balés (1755 m)

 

Ahora tocaba un descenso rápido hasta Bagnéres-de-Luchon, cruzar el pueblo pasando delante del hotel en el que estaba y comenzar la ascensión a Superbagnéres.

 

Esta ascensión, a la salida del pueblo de Bagnéres-de-Luchon comienza de manera muy suave con alguna que otra rampa suelta algo más dura hasta el desvío al pueblo de Bordes-du-Lys. A partir de aquí es donde realmente comienza el puerto, duro en su comienzo, entre arboleda, y con descansos cada cierta distancia de 100-200 metros totalmente llanos que te dan un respiro, pero cuando faltan 5 kilómetros todo cambia radicalmente, donde las rectas largas y curvas de herradura se suceden hasta el final, sin árboles que te protejan del sol o el viento y entre praderas con un tono más amarillo que verde.

 

En este tramo simplemente hay que marcarse un ritmo y de ahí hasta arriba, es un tramo duro y dado que ves casi toda la subida hasta arriba, a excepción de los últimos 2 kilómetros hay que mantener la cabeza fría y no dejarse hundir por todo lo que queda por delante.

 

Tramo de rectas+curvas de herradura.

 

Una vez pasado este tramo, en la última curva se ve al fondo el característico hotel de la estación de Ski, que aparece como una mole de piedra al fondo para encarar la larga recta de más de un kilómetro final. Una vez llegado arriba, foto de rigor y cuesta abajo rapidito ya que había apalabrado en dejar la habitación del hotel a las 12, para poder ducharme y poder hacer la transición en coche aseado y cambiado.

 

Último kilómetro y medio final, con el hotel de Superbagnéres al fondo.

 

Puerto conquistado : Superbagnéres (1800 m)

 

Llegue al hotel sobre la bocina, no me pusieron ningún problema y a las 12:30 ya estaba de nuevo en marcha, con el coche cargado, aseado y dispuesto a hacer una transición de cerca de 190 kilómetros hasta Ax-les-Thermes.

 

Para esta transición tenía dos opciones, o bien ir por los puertos (volver a pasar por Portillon, Menté, Aspet y alguno más que no conocía, pero en coche) o dar un rodeo hasta Tarascón-Sur-Ariege. Esta segunda opción me salía más kilómetros pero por una carretera más llana y más tranquila, estaba bastante cansado y no me apetecía conducir por los puertos, algo que ahora me arrepiento, ya que no tenía ninguna prisa y me lo podía haber tomado con mucha calma. Un grave error.

 

Bien, fui por la otra variante y fue un dolor de muelas, ya que aparte de no estar bien indicados los cruces y los que había llevaban a cierta confusión, había en muchos tramos mucho tráfico y después de una transición de cerca de 3 horas, cansado y con un hambre tremendo llego por fin al caos de pueblo que es Ax-les-Thermes.

 

Y cuando digo caos, me quedo corto. Para empezar un pueblo donde hay parquímetros, y si quieres aparcar lo tienes que hacer en alguno de los parkings públicos que tiene el pueblo, que están hasta arriba por cierto. Por lo que la dinámica era, primero aparca y luego carga con las maletas al hotel. Tuve suerte, ya que el hotel estaba relativamente cerca del parking, así que no tuve que cargar mucho tiempo.

 

Una vez instalado, en un hotel que defraudó mis expectativas por la instalaciones y por la madre e hija que regentaban el hotel (bastante malos modos y ausencia de simpatía) me dedique toda la tarde a ver el pueblo de Ax-les-Thermes, ver donde empezaban los puertos, hacer turismo en general y comprar una pizza de tamaño familiar para cenar en mi habitación mientras veía las semifinales de baloncesto de los juegos olímpicos, eso sí, por Eurosport y en alemán.

 

Cruce de caminos, aquí comienzan cuatro puertos : Pailheres, Ares, Chioula y Marmare.

 

Agua termales, de ahí le viene el nombre al pueblo. Por cierto, sale el agua abrasando.

 

Vista de Ax-les-Thermes de la “Virgen de la Roca”, una subida de 300 metros al 20% de desnivel. Colofón final para la etapa del día siguiente.

 

“Virgen de la Roca”, el mejor mirado de Ax-les-Thermes.

 

Ya cayendo la noche, a dormir que al día siguiente, tocaba etapón de verdad.

 

Hasta la próxima.

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